Hijos del Spectrum

Cada cual tiene sus hobbies y aficiones de pequeño. Yo tenía microhobbies. Muchos de mis amigos adoraban el fútbol y tenían como ídolos de infancia (y hasta de juventud) a futbolistas. En cambio, a quien yo admiraba, era a la gente de Dinamic SoftwarePorque desde que unas navidades de 1984 Papá Noel tuvo el detalle (no sin muchísimo esfuerzo por su parte) de dejar en casa en flamante ZX Spectrum de 48 Kb, mi vida cambió radicalmente hasta lo que sigue siendo ahora. Yo, como otros muchos, profesionalmente hablando, soy un hijo del Spectrum.

Mi Spectrum
La prueba del delito

Ya hablé sobre cómo se ideó el Spectrum. Hablaré aquí sobre mis recuerdos, quizá un poco deslabazados, pero que forman parte de mi misma historia.

Mi primer programa con el Spectrum

Yo debía apuntar ya para ingeniero porque no me leí las instrucciones, sino que empecé a cacharrear. Un ordenador, ¿era una cosa que resolvía problemas, no? Pues ahí que me fui a dictarle ejercicios de matemáticas que tenía de clase. Literalmente.

El pobre Spectrum debió de pensar que había caído en casa de algún borracho. No me quedó más remedio que leerme por encima las instrucciones para descubrir que las cosas no funcionaban así. Que había una cosa que se llamaban lenguajes de programación, y que el susodicho Spectrum entendía uno llamado BASIC.

Mi primer programa fue muy simple. Resolvía ecuaciones de segundo grado. Te pedía los 3 coeficientes y te daba las dos soluciones (si existían). Así aprendí, en un día, conceptos como algoritmos, entrada/salida, variables y condiciones if-then.

Los primeros juegos

No todo era programar, por supuesto. El primer día cayeron muchas más partidas que programas (muuuuuuuuchas). Los juegos que venían con el Spectrum eran bastante básicos (la saga de Horacio, entre otros). Con el tiempo fui amasando mi pequeña colección de videojuegos.

Ahora que está tan de moda lo ochentero, con películas y comics, les puse a mis hijos unos vídeos en YouTube con partidas del Match Day.

A primera vista se puede pensar que está a años luz (tecnológicamente y como experiencia de usuario) de los juegos de las consolas actuales. Pero hay que tener en cuenta que se la industria del videojuego se estaba escribiendo, que no existían ni librerías ni procesadores gráficos y que, sobre todo y más importante, un Spectrum tenía 48 Kb de memoria para poder ejecutar estos juegos. Los ordenadores y consolas actuales tienen decenas de Gigabytes, es decir, son casi un millón de veces más potentes que mi querido e idolatrado Spectrum.

Microhobby

Nunca podré agradecer suficientemente a Francisco José Martín-Moreno haber compartido en LinkedIn un post que me retrotrajo a mi adolescencia, y me hizo volver la mirada atrás e investigar un poco más sobre el Spectrum.

El post narra perfectamente cómo vivíamos y aprendíamos gracias a la revista Microhobby (ver fotos más abajo, que acompañan a la publicación).

Poco más se puede añadir.

¿Ángel emprendedor?

Pues sí. Quise ser emprendedor (aunque entonces desconocía esa palabra y sus implicaciones).

Suena a chiste porque en todos mis posts y charlas sobre intraemprendimiento digo lo mismo. En mis genes no está jugarme mi propio dinero en creando mi propia empresa o negocio. Soy timorato por naturaleza, en lo que a esto se refiere. Sin embargo, la admiración que suscitaba en mí Dinamic Software me hizo soñar, junto con un compañero de colegio, a crear nuestra propia empresa de videojuegos.

Propusimos como nombre Odie Software, en honor al perro que aparece en Gardfield.  Teníamos 13 años, y hoy en día ya hay quien emprende con esa edad. Pero en nuestro caso era más una fantasía de la adolescencia que otra cosa. Creo que no llegamos a escribir ni una sola línea de código, y nos limitamos a diseñar un juego.

Irónica y humorísticamente, hoy podría decir que optamos por un desarrollo en cascada en vez de ágil, y que el proyecto fracasó. La verdad es que ninguno de los dos teníamos la más mínima idea de lo que estábamos hablando.

Descubriendo el mundo hacker

Los aragoneses tenemos fama de cabezones. Los hackers también. Por tanto …

No hay nada más peligroso que un hacker maño. Tú dile que no puede hacer algo ... y verás lo que pasa.Haz click para twittear

Cuando la industria del videojuego se popularizó, surgió la piratería y las copias ilegales. Obviamente los fabricantes empezaron a desarrollar técnicas de protección de sus programas. Y los hackers, por supuesto, a destrozarlas.

Fue muy famoso el caso del juego Decathlon. Se anunció a los cuatro vientos que tenía un sistema de protección imposible de hackear. Hoy dices eso y la gente se parte la caja de la risa. ¿Un sistema irrompible? Pero entonces, por lo menos a los ojos de un adolescente, parecía un anuncio muy creíble.

Huelga decir que tardaron cosa de una semana en reventar la protección. ¿Quiénes? Hackers maños.

Os dejo un maravilloso enlace donde se cuenta la historia de los primeros hackers, y cómo Zaragoza fue ya un polo de talento.

La historia es un poco truculenta, pero tuve la ocasión de ver en acción a uno de esos hackers. No me entendáis mal. No estoy aplaudiendo el hecho de desproteger un programa (al margen de que, como dice el artículo anterior, no lo hacían por dinero, sino como reto). Aplaudo el talento y la determinación necesarios para hacerlo. En cuestión de minutos reventó la protección de uno de los (supuestamente) juegos más seguros hasta la fecha. Como si tal cosa. Y hasta nos enseñó una pequeña placa de electrónica que se estaba haciendo para automatizar el proceso. Impresionante.

#YoTuveUnSpectrum

Podría pasarme horas escribiendo sobre mi vida con el Spectrum (en esta entrada otra anécdota más). Obviamente, como todo, pasó. El pobre tuvo sus achaques y era cuestión de tiempo el que fuera sustituído por un PC el año 89. Un ordenador que me permitía hacer los trabajos ya de la Universidad (míticas las prácticas de laboratorio de Física con el Wordstar).

Con mi Spectrum

Hoy, 23 de Abril, Día de San Jorge y día del Libro, se conmemora el lanzamiento del Spectrum, tal día como hoy de 1982. Os reté a contar vuestra historia con el Spectrum con el hashtag #YouTuveUnSpectrum.

Aquí tenéis la mía. Bastante resumida, pero espero que os haya traído buenos recuerdos, porque somos muchos a los que el Spectrum marcó nuestra adolescencia. Y nuestras vidas.

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6 comentarios

  1. Pingback: Hijos del Spectrum
  2. Hola Ángel

    Es curioso cómo ciertos juguetes pueden marcar la historia y la infancia de un niño. Los niños de ahora ya no leen como los de antes… ¿qué juguetes estarán ahora influyendo en la vida de nuestros adolescentes?

    Un abrazo

    1. Muy buena reflexión, #Jerby. Ojalá lo supiera 🙂

      Procuro empatizar con mis hijos y disfrutar de lo que ellos disfrutan, precisamente porque nunca sabes qué les llega más, y qué puede terminar marcándoles su futuro.

      ¡Gracias por comentar!
      8)

  3. Muy buenas Ángel,
    Excelente artículo. En mi caso, recuerdo que en aquellos años en los que me inicié con el Zx Spectrum, repartía mi tiempo entre la programación en BASIC y el desmontaje de todo tipo de aparatos eléctricos y eléctronicos. Unos años estupendos en los cuales quizás era el chico raro del pueblo, pero lo cierto es que de esas aficiones derivó mi decisión de estudiar ingeniería industrial.
    Así pues, se puede decir que en cierta forma ese Zx Spectrum es en parte responsable de quien soy hoy, y por lo tanto le estaré por siempre agradecido.
    Muchas gracias por volver a traer a mi memoria esos emociones tiempos,

    1. ¡Muchas gracias a ti, Juan Ramón, por compartir tu historia!

      Ayer mi padre me trajo el Spectrum, que tenía en su casa. Y casi me emocioné y todo.

      Efectivamente, ha marcado a muchos de nuestra generación porque fue un cambio brutal en entender las cosas. Hacerse unos sus propios juegos no es un mal reto.

      ¡Gracias por comentar y compartir!
      8)

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