Hay Navidades que quedan grabadas a fuego en nuestra memoria. Yo no olvidaré las de 1984, cuando Papá Noel tuvo a bien (no sin pocos esfuerzos económicos) traer a casa nuestro primer ordenador personal. ¡Un flamante ZX Spectrum! Con ese pequeño gran artilugio de 48 Kb, algo ridículo comparado con cualquier smartphone actual, aprendí a programar y a apasionarme en el mundo de los ordenadores. La historia del Spectrum es también mi historia personal. Qué menos que dedicarle un artículo al genio que lo ideó, Sir Clive Sinclair.
Escribí dicho artículo dentro de mi contribución mensual en el suplemento de ciencia y tecnología de Tercer Milenio, de Heraldo de Aragón. PUEDES LEER EL ARTÍCULO ÍNTEGRO EN ESTE ENLACE.
Lo reproduzco aquí abajo para mayor comodidad.
Con ZX Spectrum, el ordenador entró en casa
El ZX Spectrum era un ordenador sin pantalla ni dispositivo de almacenamiento y con 48 kilobytes de memoria que costaba 42.000 pesetas de las de entonces. El equivalente al coste de un móvil actual de gama alta (unos 800 euros). El ordenador, concebido por Sir Clive Sinclair, con el que muchos aterrizamos en el mundo de la informática.
Clive Sinclair nació en 1940 en Surrey (Reino Unido). Desde pequeño, con un coeficiente intelectual de 159, y estimulado por su familia, fue un auténtico autodidacta. A la edad de 10 años, en su colegio constataron que no podían enseñar a Clive más matemáticas y pasó a educación secundaria. A los 14 ya había diseñado una calculadora (descubriendo, por su cuenta, el sistema binario) y un submarino. Las bancarrota del negocio de su padre llevó a la familia a pasar por dificultades económicas y a cambiar de residencia en numerosas ocasiones. Clive ganaba dinero con pequeños trabajos como cortar césped, fregar y atender en un café local. Brillaba en los estudios, pero no le interesaba el colegio.
Cuando terminó el bachillerato, y pese a la oposición de sus padres, decidió no ir a la universidad. Creía que podía aprender todo lo que necesitaba por sí mismo, sin empeñar tres años en su educación. Además no quería cargar la economía familiar con el coste de sus estudios. Consiguió un trabajo como asistente editorial en la revista ‘Practical Wireless’, especializada en radioelectrónica, y en la que ya había publicado un artículo mientras terminaba el bachillerato. Cuando el editor enfermó gravemente, Clive se encontró dirigiendo la revista con tan solo 17 años, publicando también diseños de circuitos de su propia invención. Aceptó una oferta de empleo como redactor jefe de otra editorial que le supuso un notable incremento salarial y llegó a escribir hasta 13 libros de referencia sobre circuitos y transistores, auténticas obras de referencia en la materia.
Montando una ‘startup’
En 1961, Sinclair fundó la empresa Sinclair Radionics y buscó inversión para producir en serie transistores de radio de bolsillo. Pese a su tenacidad, no consiguió los fondos necesarios y volvió al mundo editorial, aunque siguió dirigiendo Sinclair Radionics y ganó cierta reputación en el sector.
Clive Sinclair siempre tuvo clara la apuesta por la miniaturización de los componentes electrónicos. En 1972 inventó y comercializó la primera calculadora de bolsillo, que supuso un rotundo éxito, así como uno de los primeros relojes digitales de muñeca con calculadora y una televisión de bolsillo.
Y llegó el Spectrum
Sin embargo, la creación por la que es mundialmente famoso es el ZX Spectrum. A finales de los setenta ya había ordenadores personales, pero con precios prohibitivos: por ejemplo, un ordenador Olivetti costaba el equivalente a unos 5.500 euros actuales. Clive Sinclair lanzó al mercado dos ordenadores: el ZX80 (1979) y su sucesor, el ZX81 (1981). Pero el éxito llegó con el citado ZX Spectrum (1982), que acercó los ordenadores personales a muchos hogares y cambiaría para siempre la industria de los ordenadores y los videojuegos.
El ZX Spectrum fue un éxito sin precedentes. Solo en Reino Unido llegó a vender 5 millones de unidades (de los 8 millones vendidos en todo el mundo). En 1983, fue nombrado caballero por la Reina de Inglaterra.
Le sucedieron el Sinclair QL (1984) y el ZX Spectrum 128 (1985). Sin embargo, el éxito económico fue efímero. La competencia (17 millones de Commodore 64 vendidos) y los errores cometidos en el Spectrum QL lastraron el negocio. El fracaso de otros productos de Sinclair, como una televisión portátil (la TV80) o un coche eléctrico monoplaza (el Sinclair C5) contribuyeron al declive económico de la compañía.
En 1986 Sinclair vendió la marca y el negocio de ordenadores a Amstrad. Actualmente trabaja en otros proyectos, como la A-Bike, una bicicleta eléctrica plegable que en 2015 consiguió financiación en la plataforma de ‘crowdfunding’ Kickstarter.
Lecciones aprendidas
Talento y visión: Un talento e inteligencia excepcionales, acompañados de una determinación y seguridad en las ideas propias a prueba de todo. Y una visión: democratizar la tecnología. Probablemente fueron las claves del éxito de Sinclair.
Reaccionar: Saber ver la oportunidad (ordenadores personales asequibles) y reaccionar en el momento adecuado. Su producto marcó una generación y todavía posee fieles seguidores.
Malas decisiones: Las presiones del mercado (orientación al sector profesional) le llevaron a malas decisiones de diseño en el Spectrum QL, así como a incumplir plazos y calidades, con el consiguiente deterioro de la imagen de la compañía. ¿Debía haberse centrado Sinclair en ordenadores de uso personal? El eterno dilema de elegir entre especialización y diversificación. En cualquier caso, solo fracasa quien no lo intenta, o quien no aprende de los errores.
Imagen de portada: De Bill Bertram – Trabajo propio, CC BY-SA 2.5.
Lo siento, pero no puedo evitar compartir también mi historia con el spectrum… Yo empecé con BASIC para niños
¡Por supuesto! Me gustaría hacer «terapia de grupo» y que la gente comparta vivencias y experiencias como la tuya. Sospecho que no somos los únicos (yo me he visto muy reflejado en tu historia).
Yo, sin saberlo, quise hasta ser emprendedor y montar una start-up (palabro que ni existía por esos años :D). Mis ídolos no eran futbolistas: era la gente de Dinamic. Y hasta aquí puedo leer 🙂
Tengo pensado escribir sobre esto algún día, pero no diferirá mucho de tu historia. Simplemente, me apetece sacarlo «de dentro» Y hacerme una foto con mi viejo Spectrum.
¡Gracias por comentar y por compartir tu post!
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Saludos de otro que se inició con el Spectrum 48, que en nuestro caso nos trajo mi padre de UK en algún momento del 83. Los primeros pasos en Basic e incluso en ensamblador, el juego de El Hobbit o el ruido cuando cargabas desde el cassette, son recuerdos que guardo de la época!
Y el «puñetero» R Tape Loading Error 😀 😀 al final, cuando terminaba de cargar :'(
Lo dicho en otro comentario … necesito hablar más de esto 🙂
¡Gracias por comentar!
8)
Hola Ángel
Una lección que no acabamos de aprender es que la innovación y la gestión son cosas distintas. Muchas veces, el creador de una idea se acaba convirtiendo en el cuello de botella del proyecto porque no tiene en cuenta el entorno que le rodea.
Un abrazo
¡Gracias #Jerby!
Más que la gestión, yo diría que las ansias o el empecinamiento. Tras conocer la vida de Sinclair (a quien siempre he tenido y tendré en un pedestal, creo que cometió errores de bulto. Grandes éxitos y grandes fracasos, pero casi siempre bajo denominadores comunes: la visión y el acabado. Probablemente la grandeza de Jobs es que supo combinar ambos.
¡Gracias por comentar!
8)
Hola Ángel! Qué recuerdos, yo también empecé con un ZX Spectrum, pero en mi caso el +2 con la cinta incorporada, por lo que me ahorraba el problema de ir jugando con el volumen cuando una cinta no cargaba correctamente 😀 De hecho fue en ese Spectrum donde aprendí a programar en Basic para poder hacer mis propios juegos, bases de datos sencillas e introducir los códigos de trucos para algunos juegos que salían publicados en Microhobby y Micromania.
De hecho, no hace mucho comentábamos en la oficina el proyecto del ZX Spectrum portable: https://www.indiegogo.com/projects/the-sinclair-zx-spectrum-vega-plus-console-games#/
Me ha traído tantos recuerdos que tomo el relevo y publicaré una entrada en mi blog! 😀
¡Muchas gracias Carlos!
Sí, somos «unos pocos» los que empezamos con el Spectrum 🙂
¿Así que ya con bases de datos y todo? Ya apuntabas maneras 🙂 Los códigos (los «pokes») otra de las cosas míticas del Spectrum.
Me has dado una idea, a ver qué te parece. Como son varios los que estamos en las mismas, podemos hacer una «quedada virtual» y publicar nuestros recuerdos con el Spectrum el 23 de Abril, fecha en la que se conmemora el lanzamiento, Podemos publicar en blogs o RRSS (con algún hashtag tipo #YoTuveUnSpectrum) y compartimos experiencias. Puede quedar simpático.
Lo muevo en RRSS y entre la gente que ha comentado en diferentes medios, a ver si encuentro adeptos.
¡Muchas gracias por comentar! Aprovecho para recomendar desde aquí tu magnífico blog (https://www.alternativepath.es/) Parada obligada y tremendamente didáctica sobre ciberseguridad.
¡Un abrazo!
8)