La diferencia entre líder, jefe y señor (o señora) feudal

Éste no es un blog de política, así que dejaremos las opiniones políticas de cada cual al margen. Pero sí es un blog sobre gestión, dirección y liderazgo y, por tanto, e independientemente de cualquier sensibilidad política que se tenga, la actitud de Esperanza Aguirre, presidenta del Partido Popular en Madrid, al ser multada por estacionar su vehículo incorrectamente en el carril bus e increpar a los agentes de movilidad urbana, me parece lo suficientemente indignante como para hablar aquí de ello.

Porque uno de los aspectos que marcan realmente la diferencia entre líderes, jefes y meros señores feudales es la convicción y fe de los demás. Lo cual, dicho sea de paso, viene tremendamente influenciado por el predicar con el ejemplo. Por ejemplo, es totalmente lógico, legítimo y saludable reclamar el respeto a la autoridad policial. Pero si proclamas eso y, por otro lado, la ninguneas y desprecias, estás perdiendo toda la credibilidad. El siguiente tweet, fue enviado dos días antes del incidente de tráfico.

 

Aún en el caso de que Esperanza Aguirre estuviera en lo cierto, que hubiera habido cierto abuso de los agentes, es cuando menos poco inteligente hacer alarde de esa actitud, no digamos ya incidir en ello en entrevistas radiofónicas, no respetando ni la labor de la periodista. Cada cual puede tener la opinión que quiera de Aguirre, pero la imagen que proyecta con esta actitud y posteriores declaraciones dice muy poco a su favor (y menos aún de que sea fruto de un calentón). Recurrir a la teoría de la conspiración, o a la prepotencia y machismo de los agentes, tampoco.

Cuando uno se equivoca, ¿no es mejor reconocer el error? Eso sí proyecta una imagen de confianza.

El líder, lidera equipos. El jefe, manda sobre un grupo. El señor feudal, hace lo que quiere, cuando quiere y como quiere con sus vasallos. Creyéndose siempre superior y en posesión de la verdad, y dando tan pronto un argumento como su contrario.

Algunos derechos reservados por trainjason (Flickr)
Algunos derechos reservados por trainjason (Flickr)

No puedo afirmar que Esperanza Aguirre sea una señora feudal, o una prepotente. No la conozco para tanto. Pero su actitud en este suceso, al margen de poco inteligente (desde un punto de vista de imagen personal), sí lo ha sido.

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9 comentarios

    1. ¡Gracias Concha!

      Me enteré de la noticia viajando en coche desde Zaragoza a Madrid. No podía creerme la historia. Cuando escuché la «entrevista» en la radio, menos todavía.

      Muchas, demasiadas veces, me hacen sentir como un mero vasallo. Necesitamos líderes en política, no señores feudales.

      ¡Gracias por comentar!

  1. Hola Ángel_

    Tu bien hilado post me suscita pensamientos conexos; como por ejemplo que ‘lo malo’ de mandar es que hay que ser ejemplar en todo momento, te vean o no te vean, pero no por si te ‘pillan’, sino porque la ejemplaridad es un modo de vida, una manera de comprender el mundo y las relaciones del sujeto con el medio y con uno mismo.

    Para bien o para mal ¡Nobleza obliga! ¿Cómo si no puedes exigir a los demás? ¿Cómo si no te ganas el derecho a dirigir conductas, a marcar caminos, a proponer cambios?

    No pretendo dar a entender que los líderes hayan de estar exentos ni de errores ni de humanidad, pero sí -como bien dices- que hay que dar ejemplo en toda ocasión y ello supone saber reconocer, a la mínima y a la primera, los propios errores y dar ejemplo de que pueden asumirse con todas sus consecuencias y sin sonrojo.

    La que me parece la principal prueba del algodón del liderazgo es que otros te sigan. Y para ello, y sin excepciones, el ejemplo es esencial, pues mal puede ser seguido/a quien no se sabe conducir.

    Saludos,

    1. ¡Muchas gracias Javier!

      Un placer y un honor, viniendo de tan autorizada opinión.

      Efectivamente, se abusa demasiado de la imagen a la galería y del hacer las cosas para que no me pillen (e.j. micrófonos «indiscretos»). Pero la verdad es la que es, y no se puede estar disimulando todo el día. Además, como efectivamente nadie es perfecto, y todos nos podemos equivocar, si te han pillado es más honesto mostrar «el lado humano» y reconocerlo. Porque si te equivocas en tu reacción, entonces empieza a tener mal arreglo.

      ¡Muchas gracias de nuevo!

  2. También se dice que un verdadero líder es quien convierte en líderes a las personas que le rodean.

    Sobre la señora Aguirre, me reservo la opinión porque vivo en Madrid…

    1. Estupenda reflexión #Jerby. ¡Tomo nota de ella!

      PD: Yo también me reservo mi opinión 🙂 No es algo puntual. Por ejemplo, y en línea con el artóculo, No puedes pretender ser el adalid de la lucha contra la corrupción cuando en tu propio equipo tienes personas imputadas. Un poquito de coherencia.

      ¡Gracias por comentar!
      Ángel

  3. Muy interesante tu reflexión. Está claro que lo de los políticos en España es feudalismo puro. Están por encima del bien y del mal. Las leyes existen, pero en muchas ocasiones para fastidiarnos a los pobres y a las clases medias/trabajadoras.
    Saludos 🙂

    1. ¡Gracias Carolina!

      Si realmente cuando dicen A están queriendo decir B, entonces el problema de credibilidad se acrecienta. Y eso pasa demasiado, hasta el punto de que en realidad es A cuando nos obstinamos en que es B.

      ¡Mil gracias!
      Ángel

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