El arte de insultar en LinkedIn

Insultar en LinkedIn puede parecer fácil, pero no lo es. En Facebook, en Twitter, … está a la orden del día. ¿Pero en LinkedIn? Hay que hacerlo muy a conciencia. O llevarlo en tu ADN. Porque hay gente que podría dar un máster sobre cómo no usar LinkedIn. Y eso a pesar de que … Bueno, no adelantemos acontecimientos.

Historia real que me sucedió hace más de dos años y que viene hoy a mi memoria, no sé si por el karma, una alineación de planetas, mi subconsciente o una simple coincidencia. Probablemente el maldito karma.

En LinkedIn hay de todo …

Hasta gente que te insulta. Gente que te da lecciones sobre cómo no usar LinkedIn.

Secuencia de los hechos
  • Hace unos años pido contacto en LinkedIn a una persona («el pecador»)
  • Dicha persona acepta mi solicitud de contacto pero, en correspondencia , me pide que asista a un webinar por Skype que imparte esa misma tarde.
  • Aunque la hora me va fatal, y el tema no me interesa, acepto por educación.
  • El webinar resulta ser una presentación comercial de los servicios de asesoría del «pecador». Asisten otros dos «pipiolos» que han picado como yo. Una y no más, me prometo a mí mismo. Constato durante la reunión que no me interesan sus servicios.
  • Al día siguiente me envía una oferta comercial por sus servicios de asesoría. Hasta aquí nada anormal. Triste, pero no extraño.
Pero ahora viene lo mejor
  • La oferta va acompañada de nombres, apellidos, correos y números de teléfono de algunos de sus clientes. Obviamente sin su consentimiento (por lo menos el caso que pude comprobar) ¡Toma patada a la Ley de Protección de Datos!
  • Me pide que sea yo quien contacte con esos referentes (¡encima tengo que ser yo el que se moleste!) para que constate sus supuestamente maravillosos servicios. Con un par de …
  • A los pocos días me manda un correo preguntando que con qué referentes he contactado. Tras unos días, y atendiendo a su insistencia, le digo honestamente que no he contactado a ninguno porque en estos momentos no me interesan sus servicios. Así que rechazo su oferta  amablemente (lo prometo, pese a lo anterior, con las mejores palabras que pude encontrar)
  • Me contesta con algunas perlas que guardo en mi memoria
    • «No sabes cómo funcionan las cosas»
    • «Tu perfil en LinkedIn es de la prehistoria»
    • «Usas LinkedIn como en la era Medieval»
  • No me molesto ni en contestarle. Cualquier cosa que le diga … Confieso que a punto estuve de decirle que en el medievo no había LinkedIn (modo irónico ON), pero como gracia me parece hasta malas. A los pocos días veo con asombro que LinkedIn le incluye en una lista de sugerencias a las que pedir contacto. Efectivamente, me suprimió como contacto.

 Y ahora lo mejor de todo …

¡Sus servicios eran para mejorar mi posicionamiento y mi perfil profesional en LinkedIn!

Más aún …

El muy cachondo pretendía orientar mi carrera profesional hacia la dirección de operaciones.

Me parto.

Os copio mi contestación (anomimizada), para que conste en acta. Prueba de agudeza visual: encontrar la mentira piadosa.

Hola XXXX,

Disculpa que no te haya contestado, pero he estado de viaje por motivos de trabajo.

Le he dado una vuelta estos días y lo único que tengo claro es que, a fecha de hoy, no quiero orientar mi carrera profesional hacia la dirección de operaciones. En mi decisión pesan tanto motivos personales (deseo vivir en Zaragoza) como profesionales (tras una breve y lamentable experiencia en una empresa local, he vuelto a mi empresa de toda la vida, en un departamento nuevo y empezando una nueva carrera profesional). 

Agradezco tu propuesta, que considero de gran calidad. Pero, simplemente, ahora no es el momento. Tengo un reto profesional muy interesante en estos momentos encima de mi mesa, y soy consciente de la importancia de «la imagen de marca personal» en LinkedIn. Pero de momento lo dejo en barbecho.

El día en que decida retomarlo (te advierto que muy difícilmente en el campo de las operaciones) te contacto.

Gracias por todo.

Como explico en el correo, acababa de tener la peor experiencia y fracaso profesional de mi vida precisamente como director de operaciones. Supongo que en ese análisis «profundo» (modo ironía ON) que hizo de mi perfil debió de ver que había dejado un puesto de esas características, y que desearía volver a trabajar de lo mismo.

Y me pretendía asesorar en LinkedIn. Con otro par de …

Lo que sí sé sobre el trato al cliente

Puede que tenga un perfil en LinkedIn prehistórico (de hecho debería darle una vuelta). Puede que use dicha red social como en la Edad Media (aunque sigo sin saber cómo lo usaban entonces). Pero sí sé cómo son, o deberían ser, las cosas cuando te dedicas al desarrollo de negocio (que es parte de mi trabajo). O al menos algunas (y no me refiero a las que aprendí de Bob Esponja).

  • Sé que uno no puede chantajear a alguien que le ha pedido contacto por LinkedIn invitándole a una «chapa» comercial por Skype (lo más impersonal del mundo), aferrándose al principio de correspondencia.
  • Sé que antes de hacerle una propuesta comercial a alguien hay que conocer sus necesidades y sus circunstancias. Y si te has columpiado, si le has vendido un peine a un calvo (absteneros de venderme peines a mí, ya que nos ponemos), hay que saber al  menos reconocer el error y no insistir en el mismo.
  • Sé que no debes ser arrogante con tus clientes. Una cosa es saber vender las cualidades de uno, y otra «ir de sobrado» por la vida.
  • Sé que no debes usar a (ni abusar de) tus clientes con intenciones comerciales sin su consentimiento. En los contratos (que muchos ni tienen, o se pasan directamente por el arco del triunfo) hay clausulas al respecto.
  • En referencia a lo anterior, sé que hay una cosa que se llama Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD), y que uno no puede ventilar los nombres, apellidos, puestos, teléfonos y direcciones de correo de nadie sin su previo consentimiento. Menos aún si la única relación que les une es un contacto interesado en LinkedIn y una breve charla por Skype. Y cuando entre en vigor la nueva normativa europea de protección de datos (GDPR) por cosas como esas te pueden crujir.
  • Sé que tengo que ser yo el que demuestre la valía de mi propuesta a mis clientes, y que puedo invitarles a que hablen con otros clientes satisfechos (de hecho yo mismo lo hago). Pero no puedo importunarles ni exigirles que contacten a mis referentes. Como si fuera su obligación y un derecho mío adquirido.
  • Sé que la valía se demuestra con hechos, no con palabras. ¿Cuántos expertos en LinkedIn recomiendan pedir cosas a cambio del contacto (la reunión por Skype), enviar una propuesta comercial nada más conocer a alguien, o eliminarle de tu lista de contactos si no acepta su oferta?. Exactamente CERO. Vender asesoramiento en LinkedIn a la vez que te ciscas en todas sus buenas prácticas no parece muy profesional.
  • Sé que el orgullo es algo que se hiere fácilmente, pero no puedes quemar tus naves con un cliente por pura arrogancia. En esos momentos no estaba interesado ni en el servicio, ni en el planteamiento que me hacían. Pero, ¿quién sabe si en el futuro sí podría estarlo? Conozco a algunos de sus clientes, y no les va mal (ignoro en qué medida les ha influido).

¡Maldito karma!

¿Por qué me acuerdo hoy precisamente de esto?

Hoy hace  3 años que dejé (y «me dejaron») el trabajo de director de operaciones (en este enlace, algunas lecciones aprendidas del éxito y el fracaso). Y el día que dije (y me dijeron) el «sí quiero» a volver a la que fue mi  casa durante 14 años, y que lo sigue siendo hoy en día: GMV.

Mirando Facebook como otra noche cualquiera, el karma ha querido que Zuckerberg me sugiriera «al pecador» como amigo de la red social (tenemos dos contactos comunes). La inteligencia artificial y los algoritmos de recomendación tienen sus límites.

Por pura curiosidad he visto su muro, lo que publica y, sobre todo, sus respuestas a los comentarios que le hacen y no le gustan. Y el tono, el fondo y la forma son los que tuvo conmigo es su día.

Me confirmo en mi opinión, que me reservo. Tampoco es plan de insultar en público, no vayáis a pensar que … ¡uso el blog como en la Edad Media!

Print Friendly, PDF & Email

9 comentarios

  1. Cada red social tiene su propio trato. Ahí tienes el caso de los youtubers de ‘éxito’ sin más. Intuyo que el trato en LinkedIn -al ser una red profesional- es algo distinto al de las redes sociales.

    Aunque mucha gente utiliza los anuncios de Facebook para su actividad comercial.

    En cualquier caso, merece la pena dedicar un tiempo a ver el perfil de la persona que te interesa para ver qué le interesa a ella y no qué le podrías vender.

    1. ¡Gracias #Jerby!

      Como decía en respuesta a un comentario en Linkedin,la estrategia que usan es muy arriesgada, aunque parece que les funciona. Básicamente, según lo veo yo, proponen unos servicios «enlatados» para algo que debería ser personalzado. Y ni preparan la venta. Disparan, en plan ametralladora, a todo lo que se menea y algo caerá. Y, el que no cae, pues a la mierda por hacerme perder el tiempo.

      ¡Gracias por comentar!
      8)

    1. ¡No, todo por privado! Por email.

      Aunque visto el panorama, la pregunta es totalmente procedente 🙂

      ¡Gracias por comentar!
      8)

    1. ¡Buena observación, Julián! Si es así,me apunto al Medievo 🙂

      Cuando leí en su día Los Pilares de la Tierra, basada en la época Medieval, confieso que me impactó, y mucho. La vida tuvo que ser complicada, muy complicada. Y las relaciones sociales basadas en la cooperaciçon y el trueque, para defenderse de abusos dentro del poblado y fuera de él (los «señores» feudales e incluso la Iglesia).

      Por lo visto, algunos siguen creyendo que las «afrentas» se resuelven a lucha de espadas, o incluso en el derecho de pernada.

      En fin …

      ¡Gracias por comentar!

      1. Creo que una de las grandes diferencias entre «otras épocas» es la diferencia entre «es que tengo derecho» a «tod@s tenemos derecho» y el trueque que te ofrecieron me parece que solo pensaba en la primera parte.
        Gracias a tu por publicar buen material!

  2. Irónicamente, y de una manera sutil, al final sí me ha servido para posicionarme en LinkedIn.

    300 veces compartido en LinkedIn en tres días (con verano y fin de semana de por medio; record personal absoluto).

    Estadístcas del artículo después de 3 días

    Multitud de solicitudes de contacto recibidas

    ¡Gracias … a los que habéis compartido 😀 !

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.