Productos terroríficos, sin disfraz y para todo el año

Como usuarios, no siempre estamos contentos con los productos y servicios que disfrutamos. Piensa en alguno que te disguste especialmente. ¿Ya? Mira a ver si encaja en alguna de estas categorías. Muy aplicable al mundo de las IT.

Frankenstein

Son productos hechos de retazos, de partes de otros en los cuales posiblemente tendrían todo su sentido. Pero a alguien se le ocurrió la brillante idea de juntarlos y crear el engendro que tienes entre tus manos. Son lentos y torpes, no se percibe una hegemonía en su conjunto. Y de la apariencia, ni hablamos. No sigue una armonía, sino que cada uno tiene el aspecto que tenía en su procedencia, sin preocuparse del todo.

Algunos derechos reservados por twm1340 (Flickr)
Algunos derechos reservados por twm1340 (Flickr)

Vampiro

Estos son muy particulares. Tienen sus limitaciones de uso, y hay que tomar ciertas precauciones para que no terminen fallando. Es de sobra sabdio que a los vampiros no les puede dar la luz del sol, detestan el ajo y no les puedes mostrar un crucifijo. Además, si quieres deshacerte de ellos, tienes que hacer algo realmente complicado y desagradable (recordemos, clavarles una estaca en el corazón).

Pero lo que caracteriza un producto vampiro es que, además de lo anterior y bajo su apariencia educada y elegante, te chupa la sangre. O tu tiempo, o tu presupuesto. Y con lo otro puedes vivir, pero con esto, no.

By Screenshot from "Internet Archive" of the movie Dracula (1958) [Public domain], via Wikimedia Commons
By Screenshot from «Internet Archive» of the movie Dracula (1958) [Public domain], via Wikimedia Commons

Zombi

El producto no muerto. Desapareció una vez del mercado y, la misma empresa que lo creó, o probablemente otra, lo resucitó. Ahora anda vagando por tu ordenador o tus sistemas, con vestigios de otra época. Pero, no te engañes. Tiene los días contados. A la mínima se le caerá un brazo, o una pierna.

Algunos derechos reservados por Hooman's Photostream (Flickr)
Algunos derechos reservados por Hooman’s Photostream (Flickr)

Bruja

Este lo veo más para productos que servicios. Al principio puede engatusarte (que se lo digan a Hansel y Gretel) pero no tardan en descubrirse como son. Cuidado si te dan a probar alguna de sus pócimas (hechas, por cierto, mezclando lo que ya todos sabemos). El servicio de asistencia técnica suele desplazarse en escoba (ahí dejo el dato).

Cuidado porque, como dijo una vez mi hijo de pequeño, hay brujas que parecen princesas 🙂

Algunos derechos reservados por JesterJ
Algunos derechos reservados por JesterJ (Flickr)

La lista es larga. Por ejemplo, productos Hombre Lobo, en los que todo va fenomenal, salvo por alguna pequeña contraindicación, como en los días de luna llena.

¿Se te ocurren más tipos?

¡Gracias por leerme y comentar! ¡Hasta la próxima entrada!

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7 comentarios

  1. Hola Ángel,

    no sé si el ejemplo que voy a poner puede entrar dentro de estas categorías que has descrito. Yo lo veo quizá un poco Frankenstein: LINUX. Hay nosecuantasmil versiones. Que si Ubuntu, que si Red Hat… y el caso es que al final es más difícil usar esto que Windows, y para colmo están divididos los usuarios. A unos les gusta Debian, a otros Suse, en fin, en mi ignorancia, esto es un lío. A no ser que seas un informático en toda regla y le metas mano al kernel.

    Tengo yo otro producto/servicio, al que llamaría inconsistente (no se me ocurre ningún símil terrorífico :-D). Ahí va el ejemplo, yo soy muy de pies en la tierra y ejemplos concretos. Compré un lápiz para maquillaje de ojos en Mercadona, un lápiz de madera. El lápiz es algo triangular. Fui a ver si tenían sacaminas y solo lo tenían para lápices redondos. Aunque el único modelo rectangular fuese el que yo compré, por fuerza lo que quieren es que le saquemos mina con el sacapuntas para lápices redondos, nos acabemos cargando nuestro lápiz triangular y así vendan más. Por que si no, deberían haberlo previsto.

    Un saludo 🙂

    1. Gracias Carolina!

      Linux es un poco modelo IKEA: tu te lo haces y montas todo, aunque desde hace años ya hay distribuciones que facilitan la tarea. No diría yo que es un monstruo, aunque es cierto que desde fuera lo parece.

      De lápices para maquillaje poco puedo opinar 😛 Pero sí es un buen ejemplo de que no solo importa el producto en sí, sino también de los accesorios y productos complementarios que pueda necesitar. Tengo que escribir un día sobre un sitio muy curioso que se llama el Museo de los productos fracasados (http://www.theguardian.com/lifeandstyle/2012/jun/15/happiness-is-being-a-loser-burkeman) por motivos como el que apuntas.

      Gracias por comentar!

    1. Buenísimo, Antonio!!

      Mira que he estado pensando en ejemplos en los que hubiera cierto consenso, y sin herir susceptibilidades de nadie, pero lo has clavado, sobre todo con Frankenstein y Vampiro.

      Muchas gracias!!!

  2. En estos momentos, no se me ocurren más productos terroríficos que los dragones. Por eso, conviene estar siempre cerca del ‘corazón de la bestia’. Y no voy a poner ejemplos para no herir susceptibilidades ni atraer penalizaciones.

    Pero sí voy a hacer una variación sobre el tema. Todo lo que habéis comentado también se pueden aplicar a blogs y posts. Por ejemplo, el Postkenstein: post realizado con retazos de otros posts.

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