Existe un curioso hecho, y es que la mayoría de los grandes chefs son hombres (LA-MA-YO-RÍA, no todos). Y tengo una teoría al respecto. Eso sí, antes de que tachéis la entrada de machista y dejéis de leerme, aclarar que he tratado de escribirlo con sentido del humor (y, que si es algo, será más bien feminista).
Para centrar ideas, ya hemos comentado en otras ocasiones (El poder del tiempo libre en la innovación: del 20% de Google a la alta cocina española) que uno de los casos paradigmáticos sobre innovación que merece la pena ser bien estudiado es el de la cocina, cosa que haré en sucesivos posts.
Un hombre solo en la cocina
Mi teoría es la siguiente. Pensemos en un hombre que, por los motivos que sea, se queda solo en casa. ¿Cómo se las arregla en la cocina? Pues gracias a los siguientes valores.
Creatividad
Nuestro hombre abrirá el frigorífico, cogerá lo primero que le apetezca y se lo comerá. De vez en cuando lo meterá en un bocadillo o lo acompañará de alguna salsa o mermelada. No importa que la combinación no sea de las de toda la vida. ¡A todos los hombres nos gusta experimentar con lo que tenemos en el frigorífico! No pondré ejemplos porque me delataría, pero el paté con chocolate está buenísimo. Podéis poner vuestras sugerencias en los comentarios 😉

Creatividad, salirse de la norma, probar cosas nuevas. En esto me tendréis que dar la razón.
Valentía y determinación
No meriendas o cenas una vez, no. Lo haces muchas veces. El proceso anterior se repite una y otra vez. Eso sí, sin tener en cuenta lo que se ha ingerido con anterioridad. Toda persona del sexo masculino que se precie habrá pasado alguna vez por esta experiencia. Y todos sabemos que el estómago no es de hierro. Pero, aún con todo, y a pesar de la experiencia, nos puede ese instinto que llevamos dentro. Dulce, salado, picante, frío, caliente, … Da igual mezclar.

Valentía. Determinación. Sin miedo al fracaso, a las consecuencias. Sin barreras que inhiban nuestra creatividad.
Prototipar y experimentar
Si no sale bueno, pues se tira y vuelta a intentarlo. Tratamos de acordarnos para la siguiente vez y punto.
Escasez de medios
La escasez de medios aviva la creatividad. No nos engañemos, la nevera de un hombre que está viviendo solo no destaca por tener de todos los alimentos y en las cantidades necesarias. Y, con lo poco que hay, te tienes que arreglar.

Independencia
Tener la presión de alguien que te supervise, que te diga lo que está bien y lo que está mal, va contra el espíritu de la creatividad. Estar solo en casa, frente a frente con el frigorífico, desinhibe todos los mecanismos creativos. ¡Libertad para crear!
Por qué no todos los hombres somos grandes chefs
Con las cualidades que acabo de enumerar, ¿cómo es posible que todos los hombres no seamos unos genios en la cocina, unos auténticos chefs de prestigio internacional? Pues porque, bromas aparte, las cualidades anteriores sí son características de personas creativas, aunque todo entendido en su justa medida y contexto.
La creatividad no es mezclar sin más ni más. Hay que hacer las cosas con cierto criterio. Para entenderlo, os traduciré el comentario que acompaña en Flickr a la fotografía del sándwich que se muestra más arriba:
Hizo su propio sándwich para el almuerzo. Contenía chorizo, condimento de tomate y pimienta, tomate seco, albahaca, pepinillo y un buen montón de piccalilli – y, posiblemente, un poco de mayonesa también. ¡A él le encantó!
No seré yo quien aconseje probar semejante bomba.
Más aún: creatividad no es innovación. La última frase del comentario lo resume todo. A ÉL le encantó. Subrayo el él. Dudo que a nadie más. Sin duda el sándwich podría considerarse creativo, pero no innovador. ¿Invertirías en un negocio que vendiera sándwich de estos? No es que te guste o no, es que apuesto a que nadie pagaría por ello (salvo, quizá, los de Jackass). Innovación no es inventarse cosas raras. Es tener una propuesta de valor: un negocio rentable, un servicio a la sociedad, …
Valentía y determinación, sí. Pero con un plan detrás. No probar por probar. Cuando uno apuesta por la innovación tiene que asumir riesgos, pero riesgos controlados. Ser consciente de que se puede fracasar, y hacer lo posible para mitigar las posibilidades de que ocurra y las consecuencias. Nuevamente, hay que hacer las cosas con cabeza.

Luego está lo del prototipado. Prototipar es una de las herramientas más potentes para innovar, tal y como vimos en el vídeo de IDEO (la traducción al castellano la tenéis en el blog de El Laboratorio de las TI). Pero prototipar para uno mismo no aporta gran valor. Hay que validar la idea que se tiene, y que se plasma en el prototipo, con terceras personas. Los grandes chefs tienen equipos que les ayudan a discernir qué mezclas de sabores merecen la pena seguir siendo investigadas (muchas de ellos se desechan). En la medida de lo posible, es mejor validar los prototipos con los usuarios finales.
Es cierto que la escasez de medios agudiza el ingenio. Pero si los medios son pocos, hay que tratar de racionalizarlos. No despilfarrar y gastarlos con criterio. Y en lo del criterio …
Por último, la independencia. La presión que puede suponer una persona que supervise nuestro trabajo es perjudicial. Pero en un ambiente colaborativo, de confianza, las personas trabajamos mejor y sacamos lo mejor de nosotros mismos. Se trata de conseguir dichos entornos: la creatividad, que tradicionalmente se asocia al genio individual de una persona, es cosa del pasado. Ocurre muy raramente. La creatividad y la innovación son fruto de la colaboración entre personas, equipos. Os remito de nuevo al vídeo de IDEO mencionado anteriormente.

Y, por supuesto, hacen falta otras muchas cualidades que no se han descrito antes, pero que son necesarias: talento, orden y disciplina, pasión, y un larguísimo etcétera.
Conclusiones
Hablando en serio, ignoro las razones por las cuáles hay más chefs famosos masculinos que femeninos. Como en otras muchas profesiones, las mujeres han podido quedar eclipsadas no por sus cualidades, sino por el machismo imperante en la sociedad.
He procurado contar con cierto sentido del humor algunas de las cualidades que se precisan para ser creativos, tratándolas primero superficialmente para luego desmontar los mitos que existen sobre ellas. Espero que queden un poco más claras. Y, si no es así, confío en haber arrancado al menos alguna sonrisa. Eso sí, ¡no se os ocurra probar la receta del sándwich bomba! Con los experimentos de cada uno es más que suficiente.
¡Gracias por tu tiempo y hasta la próxima entrada!
Hola Ángel,
quede constancia de que en muchas entrevistas estos chefs tan rompedores suelen citar a sus madres y abuelas como fuente de inspiración :). Estoy de acuerdo contigo, hay muchos más jefes que jefas, y en los restaurantes esto también se cumple.
Es de sentido común que no se innova inventando cosas raras sin más. Hay que estudiar si eso es viable. No sé cómo se hace, si es con estudios de mercado o qué exactamente. Pero a veces se han visto cosas que no parece que sean muy de sentido común y que han triunfado. Yo pondría un ejemplo un poco tonto, el de los peladores de patatas. Yo con ellos no me apaño, siempre pelo con el cuchillo. Pero he visto quien alucina cuando te ve pelar patatas con el cuchillo en lugar de con el pelador. A mí nunca se me hubiera ocurrido. Para qué un pelador si ya hay cuchillos. Pero mira, alguien se atrevió a sacarlo y ha tenido su aceptación. También es cierto que en ciertos sectores la innovación puede ser muy cara y hay que tomarlo con mucha precaución.
También hace falta colaboración, como bien has dicho. A mí me parece que esto es una cosa que cojea bastante. No en todas las empresas. Hay empresas con ambiente colaborador y otras que no. En la vida fuera de la empresa esto se nota mucho más. Es bastante difícil encontrar alguien que comparta tus inquietudes y crear algo juntos. Igual aquí muchos no estarán de acuerdo conmigo, pero es algo que yo siempre he echado en falta.
Por cierto, este comentario va con sorpresa, a ver si la descubres :).
Saludos
Yo creo que no es una cuestión de diferencia entre hombres y mujeres, sino de algo que va más allá de la profesión de cocinero: sucede lo mismo en música, literatura, … Esperemos que las cosas cambien.
¡Enhorabuena por el nuevo blog (http://lascuatropiedrasangulares.wordpress.com/)! ¡Mucha suerte!
Ángel
Has hecho una magnifica exposición, has tocado todos los aspectos que repercuten en este tema y yo no había podido dilucidar.
Tradición y seguridad matan innovación y creatividad. Conozco tantísimas mujeres que si no tienen todo lo necesario para una receta se encuentran imposibilitadas para realizarla,
Tomar una actividad como una profesión, algo que produce beneficio monetario o un simple quehacer diario.
Al montar un equipo que trabaje para ti, eres tu quien ganara los méritos, l@s ayudant@s quedan en la sombra (en este caso, los hombres que no tienen todo para la receta, tienen el equipo de ayuda)
Por regla general, los hombres son mas valientes, arriesgados, emprendedores, (sin quitar que hay mujeres con estas cualidades, pero siempre menor en cuanto a proporción)
Y al final una buena proporción de machismo que nunca falta.