La mayoría de la gente asocia innovación con grandes empresas tecnológicas tipo Google, Apple o Microsoft. Error. Se puede innovar en cualquier sector, incluso en sectores maduros, y no es competencia exclusiva de grandes empresas, sino que la PYME también puede y debe innovar.
El motivo de esto es que la innovación no tiene que ver con las grandes sumas de dinero, sino con la capacidad de generar ideas (creatividad) y sacarlas adelante (con financiación propia o ajena).
Supongamos que tienes una pequeña empresa, con unos pocos trabajadores, o que trabajas en una así. Dado que el primer paso para la innovación está en la propia generación de ideas, ¿qué puedes hacer para que éstas surjan? Por dinero no será. Por la irrisoria cantidad de 14.72€ puedes empezar a innovar. Toma nota de lo que necesitas:
- Un tablero de anuncios de corcho, de los que posiblemente ya tienes, pero estírate y compra uno nuevo, que usarás solo para esto. He encontrado uno aquí por 13,87€.
- Unas chinchetas, de colores ya que nos ponemos a derrochar. Con una caja de 100 debería ser más que suficiente. Tienes aquí unas por 0,85€.
En total, 14,72€. No parece caro.
¿Coges la idea? Puedes ponerte a pensar tu sólo, al estilo de los grandes inventores de antaño, pero este modelo no es el más eficaz y está ya superado. Mejor, que tus compañeros te ayuden.
La innovación no viene solo de ideas geniales en productos y servicios. Se puede orientar a otros muchos aspectos, como por ejemplo la innovación en procesos. Hazte la siguiente pregunta: de todos los procesos que intervienen en tu empresa, ¿cuál de ellos es el más costoso? ¿Cómo podrías rebajar ese coste? A veces las respuesta no es invertir en más y mejores máquinas, sino que puede ser una cuestión puramente organizativa del proceso (por ejemplo, la secuencia en ejecutar las tareas, la coordinación entre las diferentes fases, etcétera). Y quien mejor conoce esas respuestas es quien se está enfrentando a ello todos los días.
Esto tiene un beneficio adicional que no debes pasar por alto: la motivación de tus compañeros/empleados. Fomentar la iniciativa de tus empleados pasa por la motivación de los mismos. Y la motivación no es un aspecto puramente económico: tiene que ver con el reconocimiento, con el ser escuchado. Te recomiendo que leas el excelente artículo en el blog de Javier Villalba sobre la iniciativa, como una medida del compromiso (también disponible aquí).
Fomentando la generación de ideas
Por supuesto no todo es un camino de rosas. El mero hecho de poner un tablón no va a hacer que surjan ideas brillantes, ni que la gente participe. No hay recetas mágicas que funcionen siempre. Cada empresa, o departamento, es un mundo, y deberás elegir aquello que mejor se adapte al contexto. Aquí van algunas ideas:
- Promociona la idea: no te limites a ponerlo y ya está. Reúne a todo el mundo. Diles que cuentas y valoras sus ideas, que quienes mejor que ellos para proponer cosas. Vende bien la idea, en el fondo y en la forma.
- Haz de la reunión algo especial. Por ejemplo, invita a desayunar a unos churros, o un pequeño almuerzo. Si, ya sé, me voy de presupuesto 😉 Sé cuidadoso en todos estos aspectos, no te vaya a salir el tiro por la culata. Ni la creatividad ni la motivación se pueden imponer. No deben ver en esto una obligación, sino una vía de reconocimiento.
- Piensa en un nombre atractivo para el tablón, o la iniciativa. Dicho nombre puede ser el primer reto al que se enfrente el grupo.
- Hazlo accesible: Ponlo en un sitio accesible a todo el mundo. Pon cerca papel, bolígrafos (¡y las chinchetas!) de manera que facilites las cosas.
- Reconoce las ideas:
- Encontrarás algunas ideas poco útiles o disparatadas. No importa. Nunca des un feedback negativo.
- Agradece y valora el esfuerzo de participación de las personas. Puedes plantearte incluso un premio a la mejor idea del mes, o del año. Ésta es una decisión muy sensible y difícil de tomar: no debes prostituir la idea en un mero reclamo económico, ni fomentar la competencia insana entre la gente. Además que el premio sea en metálico o no también tiene sus pros y contras. Sobre todo en empresas pequeñas, mi opinión personal es que es mejor premiar a todo el mundo (por ejemplo, invitar a una cena una vez al año, en que se repasen y comenten las mejores ideas, y en la que puedas dar el feedback positivo a todos).
- Evidentemente no podrás llevar a la práctica todas las ideas que te propongan, ni siquiera todas las buenas. Deja esto claro desde el principio.
- Haz ver que las ideas no caen en saco roto: Esto no es un ejercicio pirotécnico. Deja claro que llevarás a la práctica las ideas viables que se propongan (dentro de unos parámetros).
Involucrando a clientes y proveedores
Respecto a la visibilidad, sé que suena a fantasmada, pero puedes incluso que sea visible (y utilizable) por tus clientes y proveedores. Puedes tener un tablón distinto para ellos. Puede ser muy delicado (sobre todo en sectores con alta competencia) pero, nuevamente, bien ejecutada la idea, te llevará a resultados sorprendentes.
Otras alternativas
En lugar de una pizarra de corcho, puedes poner una pizarra blanca tipo Vileda y rotuladores, y hacer que ocupe una pared entera. También puedes poner el clásico buzón de ideas, pero en este caso la idea de compartir y mejorar lo que otros proponen se pierde. Personalmente prefiero que todos vean lo de todos, aunque insisto que no hay fórmula universal para esto. En cualquier caso, las ideas que se presentan aquí siguen siendo válidas.
Y, si tienes más presupuesto y hay suficiente número de personas, puedes pasar a la versión electrónica del asunto. Puedes poner un apartado en la intranet corporativa el citado buzón de ideas, con o sin visibilidad. Conforme vayas complicando el asunto, necesitarás más presupuesto, más formación para los participantes (por ejemplo, en creatividad) y más carga de gestión.
Además, estarán los costes de las ideas que quieras poner en práctica, que es parte de la innovación. Pero, para empezar, 14,72€ bastan.
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