Solemos confundir estrategia y estratagema. Dice el diccionario que estratagema una acción astuta y engañosa para conseguir algo, especialmente en el arte de la guerra. La clave está en el engañosa. Y en el objetivo. Toda estrategia o estratagema está orientada a alcanzar un objetivo.
- Si el objetivo es perpetuarse en un cargo, o justificarlo, hay estrategias y estratagemas de sobra para ello. Si lo que se pretende es hacer crecer un proyecto empresarial, un equipo de personas, entonces no hay estratagema que valga. Sólo la mejor razonada y más honesta de las estrategias permitirá cumplir el objetivo.
- Si el objetivo es hacer crecer la cuenta de resultados a corto plazo, nuevamente existen numerosas estrategias y estratagemas para hacerlo. Pero si el objetivo es la sostenibilidad de un negocio, asegurando la viabilidad del mismo no solo a corto plazo, sino también a medio o largo, entonces solo debemos servirnos de estrategias.
- Si el objetivo es aumentar la productividad, tienes nuevamente numerosas estrategias y estratagemas a tu disposición. Si necesitas para ello que la gente se involucre, que esté motivada, vete olvidando de las estratagemas.
Política, estrategia y estratagema
La política está llena de estrategos y «estratagemos». Si el objetivo es llegar al poder, a la vista de los valores y criterios que tiene la sociedad española, en periodo electoral pueden ser buenas estrategias:
- pasearse por numerosos platós de programas de televisión y estudios radiofónicos, en prime-time, para hablar de lo guay que es uno mismo. No, por supuesto, de propuestas políticas.
- rehuir el debate
- prometer imposibles
- machacar y desprestigiar al contrario
- hacer el Don Tancredo cuando los problemas vienen de frente (no decidir)
- …
Si el objetivo es gobernar un país, entendiendo por tal la resolución de los problemas del mismo, y la construcción de un futuro sostenible, entonces las anteriores no son estrategias: son estratagemas.
Lo mismo, por supuesto, puede aplicarse a cualquier ámbito de la vida.
Desde hace algún tiempo, utilizo la acción como estrategia.
Y ahí no valen las trampas al solitario.
Sobre el tema de la campaña electoral, he abierto este debate sobre la ‘doctrina de la colleja’:
https://www.loomio.org/d/kdx3jtCW/
¡#Jerby! La acción va después de la estrategia 🙂
Al menos en teoría, porque la propia acción puede ser una estrategia en determinadas ocasiones.
¡Gracias por comentar!
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Excelente comentario, me encanto principalmente el ver como encaja en la política mexicana así como en otros ámbitos de la sociedad misma. Hay un personaje de la política que encuadra a la perfección como un autentico estratega y tan semejante a «Tancredo», un político obsesionado por llegar al poder y pesar de las tantas cornadas que ha sufrido donde son mas las derrotas que los triunfos; sigue y sigue fiel a su objetivo: Legar al poder.
Recibe un saludo Ángel.
¡Gracias Gustavo!
Para ser sinceros, el post me surgió de la política española, aunque quise darle un giro porque éste no es un blog de política.
Me temo que sucede lo mismo en (casi) todos los países.
¡Gracias por aportar!
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