¿Quieres innovar? ¡Cambia tus rutinas!

Tener buenas ideas no es tan difícil como parece. LLevar a la práctica esas ideas y que se transformen en una propuesta de valor (es decir, innovar) sí requiere de unas mayores dosis de esfuerzo, entusiasmo, medios y, por qué no decirlo, un poco de suerte. Pero el hecho de tener una primera idea que dé lugar a un producto, servicio o modelo de negocio nuevo, resuelva un problema o cambie el modo de hacer las cosas, es decir, la «pata» de la creatividad en la innovación, está al alcance de todos.

Que todo el mundo puede ser creativo, ya lo hemos dicho varias veces en este blog. Pau Garcia-Milà lo explica muy acertadamente en su libro Tienes una idea (Pero aún no lo sabes). Personalmente, me he dado cuenta de que genero un mayor número de ideas cuando cambio mis rutinas. ¿Por qué? Porque, en cierto sentido, me comporto como un niño. Veo y experimento cosas que son nuevas (al menos para mí), no tengo los prejuicios de quien las vive todos los días y, con un poco de suerte, hago hasta preguntas básicas que van a la raíz del asunto.

Cambiar rutinas para innovar
Fotografía por Vroom en Flickr (https://flic.kr/p/9AXvp). Algunos derechos reservados

Cambiar la rutina

Si vas en coche a trabajar, prueba a ir una temporada andando, en bicicleta o haciendo uso del transporte público. Observa, aprende y combina ideas. Información a pasajeros, entretenimiento mientras esperas y viajas, rutas, urbanismo, tráfico … Hay un sinfín de posibilidades. Observa, observa, observa. Hay quien incluso se desplaza en silla de ruedas para mostrar a los demás, y a sí mismo, las dificultades de accesibilidad en las ciudades. Prueba, experimenta cosas nuevas.

Puedes hasta sacar el antropólogo que llevas dentro: observa qué hacen los demás. No tienen por qué ser lo mismo que haces tú. Y si socializas un poco, y hablas, y les preguntas a ellos, entonces eres ya la bomba. Discreta y educadamente, para no pasar por un loco (recuerda, eres un estupendo antropólogo). Una conversación casual, una queja lanzada al azar, un suspiro en el momento adecudado, … Observa a la gente interactuar con el entorno.

Cambiar rutinas observar antropólogo

Si comes en casa, prueba a ir a un restaurante (prueba varios de ellos, pero no el mismo día 🙂 ), encárgala o llévate tu propia comida al trabajo. ¿Qué es lo mejor y lo peor de cada cosa? ¿Puedes aportar una solución o alguna mejora? Por supuesto no hablo del simple hecho de comer en un sitio u otro, sino de otras muchas cosas que puedes observar a tu alrededor: el tupper para llevar la comida (¿tuppers comestibles?), la forma de pagar, … Las posibilidades son infinitas.

¿Cómo controlas las tareas que tienes que hacer? ¿Dónde las apuntas? Cambia. Cambia a papel, cambia a una aplicación en el smartphone, en el ordenador, post-its, … Cambia.

Cuando observas y analizas con la curiosidad de un niño todo lo que rodea a algo, estás (puede que sin saberlo) recorriendo el llamado Customer Journey Map de manera crítica. Te recomiendo que leas el excelente artículo sobre este tema que puedes encontrar en Innokabi. La ventaja que aporta el cambiar de rutinas es que ves todo el proceso de manera más crítica. Si es un problema al que estás ya acostumbrado, resulta complicado inhibirse de prejuicios y asunciones que bloquean el proceso creativo y, por tanto, innovador.

Cambiar la rutina de tu trabajo

Cambiar la forma de hacer las cosas no tiene por qué ser peligroso (¡salvo que seas un artificiero de los TEDAX, claro!) Expermimenta con pequeños y progresivos cambios. O por lo menos plantearte qué sucedería si las hicieras de otra manera.

Cambiar la rutina para innovar

Cambia la forma de usar las cosas

Usa las cosas con otros fines distintos al que están destinadas. Planteate hacer las cosas de forma distinta. ¿Sabías que se puede abrir un botellín de cerveza utilizando únicamente tus manos y una hoja de papel? Olvídate de las soluciones de siempre y prueba a resolver problemas cotidianos de manera creativa. Si no te lo crees, échale un vistazo a estos 15 inventos caseros que resuelven problemas cotidianos de la manera más sencilla posible.

Inventos cotidianos
Fuente: Cooking Ideas

Recuerda, debes conocer lo que vendes. Si experimentas con tus productos, si usas los productos que ofreces de maneras no previstas, descubrirás las dificultades a las que se enfrentan los usuarios, y encontrarás nuevas oportunidades. Explora las Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades. En el fondo se trata de eso.

¿Dispuesto a cambiar tu rutina?

Cuando has hecho algo fuera de tu normalidad, de tu día a día. ¿Has observado algo? ¿Te han surgido preguntas? ¡Bien! ¡Ese es el primer paso! ¿Has buscado soluciones? No importa si existen o no. Lo verdaderamente importante es que estimules tu capacidad creativa y de resolución de problemas.

¿Alguna experiencia o idea que compartir? Recuerda que puedes seleccionar con el ratón las frases que más te hayan gustado del artículo, y compartirlas en las redes.

¡Gracias por aportar!

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9 comentarios

  1. Estoy completamente de acuerdo Ángel. Siempre he defendido que el pensamiento creativo no se puede ajustar a unas pautas determinadas. Yo lo pongo en práctica cambiando a veces de costumbres, por ejemplo siguiendo otro camino aunque vaya al mismo sitio todos los días. Es una manera de reforzar la creatividad y hasta de localizar puntos que aporten nuevas ideas.
    ¡Saludos.

    1. ¡Gracias Fran!

      Efectivamente, si te fijas, por ejemplo, en comercios, aumentas semanalmente el número de cosas que observas. Más información, más ideas, y menos aburrimiento 🙂

      ¡Gracias por aportar!
      8)

  2. Tengo previsto publicar una entrada sobre rutinas y esta entrada me viene estupendamente.

    PD.- Cuando pones ‘Recuerda que puedes seleccionar con el ratón las frases…’ supongo que la gente no entenderá que tiene que hablar conmigo 😀

    Lo digo porque yo solo utilizo un ordenador portátil.

  3. Interesante entrada Ángel

    ¿Si haces siempre lo mismo cómo esperas que las cosas cambien? Pues eso.

    Ahora bien, hemos de tener en cuenta que los seres humanos tenemos auténtico terror al cambio y nos movemos de forma muy cómoda en nuestra zona de confort la cual incluye nuestros hábitos y rutinas diarias.

    A mí personalmente mi lado más creativo se me presenta cuando estoy en algún momento de calma mental, normalmente en la fase entre la vigilia y el sueño o mientras medito. Supongo que tener la mente vacía es lo que más me ayuda a ser creativa.

    ¡Saludos!

    1. ¡Gracias Mónica!

      Todos tenemos unos momentos, unos lugares, de máxima creatividad. Sea porque nos liberamos de algunas ataduras, distracciones o barreras mentales. Entre la vigilia y el sueño eres más atrevida para quitar el filtro y dejar pasar ideas y pensamientos que, de otra manera, «no pasarían el corte» 🙂

      Una vez oí que la creatividad se da en las 3 Bs: Baño, Bus y Bar 😀

      ¡Gracias por aportar!
      8)

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