6 Recetas Mágicas para Innovar en Procesos

Con demasiada frecuencia asociamos la palabra innovación con productos y servicios novedosos que triunfan en el mercado. Sin embargo, hay otras formas de innovar, como la innovación social o la innovación en procesos.

Innovación Procesos

Veamos seis recetas sencillas que, sin duda, facilitarán este tipo de innovación.

  1. Fomenta la propuesta de ideas a todos los niveles de la organización: Quien mejor sabe cómo mejorar lo que se hace día a día no es necesariamente la alta dirección, ni los mandos intermedios. Cada uno de nosotros sabe cómo resolver de manera más eficaz su propio trabajo. En una cadena de montaje es más fácil que una propuesta de optimización venga de un operario que del Director de Calidad o del Director General (sin excluir que aquellos puedan y deban contribuir, por supuesto). Esto requiere de la creación de un entorno que favorezca la innovación: desde la propia generación de ideas, pasando por la confianza y al propio hecho de compartirlas. Muchas veces las personas tienen soluciones creativas e innovadoras pero no las ponen en conocimiento de la empresa por miedo al fracaso o desmotivación. Ya vimos que se puede empezar a innovar con un presupuesto relativamente bajo, menos de 15€, pero crear el clima adecuado para que tenga lugar la innovación … no tiene precio 🙂
  2. Reconsidera periódicamente las decisiones make-or-buy: La subcontratación de determinados elementos y procesos productivos (por ejemplo, la externalización de personal o la atención al cliente) impacta directamente en la estructura de costes de una empresa. Reconsiderar periódicamente en el tiempo la política de make-or-buy (es decir, lo hago yo mismo o lo subcontrato) puede llevar a cambios estratégicos que se resuelvan mediante soluciones innovadoras. La tecnología cambia, La especialización de las empresas cambia. Hay procesos no estratégicos para una empresa que bien podrían ser subcontratados, por cuestiones estructurales (cambios organizativos) o por la aparición de empresas especializadas y/o nuevas tecnologías en el sector.
  3. Involucra a los proveedores. Unido a los dos puntos anteriores, compartir determinada información con los proveedores es también una práctica más que recomendable. Al igual que los trabajadores son los mejor preparados para proponer respuestas a sus problemas diarios, los proveedores pueden desempeñar el mismo papel en aquellos elementos que suministran. Y no solo en términos de funcionalidad de lo que va al final al cliente, sino en los propios procesos de integración y ensamblado, pudiendo reducir procesos redundantes y mejorar procedimientos de trabajo.
  4. Involucra a empresas de otros sectores. ¿Te has planteado cómo resuelven problemas similares a los tuyos en otros sectores empresariales y/o tecnológicos? De la polinización cruzada de ideas surgen infinitas posibilidades para la innovación. Se puede incluso involucrar a la propia competencia, pero en ese caso no hablamos de innovación (no nos daría ventaja estratégica) sino de estrategia empresarial enfocada a la reducción de costes.
  5. Involucra a los clientes. A los clientes siempre hay que involucrarles en los procesos innovadores, de una u otra manera. En lo que a procedimientos se refiere, algunos de ellos pueden estar basados en hipótesis históricas que ya no tienen sentido. Por ejemplo, el uso de determinados estándares de calidad puede no ser ya relevante para algunos clientes, y pueden ser sustituidos por otros que cumplan igualmente las necesidades del cliente, pero de manera más eficiente. Además, queramos o no, los clientes son una fuente inagotable de información de lo que hace la competencia (ver siguiente punto), pero ojo que esto también vale … pare nuestros competidores :O
  6. Pon en marcha sistemas de vigilancia tecnológica e inteligencia de negocio.La vigilancia tecnológica y la inteligencia empresarial son claves para la innovación (en general). Ramón Archanco nos da hasta 19 razones para ello. Observar las tendencias tecnológicas debe hacernos pensar e investigar en nuevas maneras, más eficientes, de mejorar nuestros procesos. La observación de la competencia (¡no confundir con espionaje industrial!) es fundamental para ver cómo evolucionan los procesos en nuestro mercado. No hace falta infiltrarse en el comité de dirección ni invertir en potentes herramientas de big data para observar cosas como, por ejemplo, que hay una apuesta fuerte por la distribución logística nocturna (al haber menos tráfico y menos problemas de estacionar …). Y una de esas empresas puede ser tu competencia.
  7. Formación:Invierte en programas de formación que permitan a trabajadores y dirección estar al tanto de las últimas tendencias no solo en tecnología, sino también de los nuevos paradigmas de gestión empresarial y de producción.

En resumidas cuentas, involucra a todo aquél que tenga algo que aportar al respecto, incluyendo a todos y cada uno de los trabajadores de la organización. Creo sinceramente que la innovación en procesos es una de las más fáciles de llevar a cabo pero, al mismo tiempo, de las más difíciles para algunas empresas. Porque no requiere necesariamente de grandes inversiones en medios materiales, pero sí en la motivación y confianza en las ideas de las personas.

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