Cuando los Reyes Magos NO son los padres: clientes y proveedores

¿Te has fijado en que la relación cliente/proveedor no es tan distinta a escribir la carta a los Reyes Mayos? O Santa Claus, como prefieras. Igualito igualito.

Se acercan las Navidades.  Si tienes hijos pequeños, estarás en plena fase de negociación de la carta de los Reyes Magos (y/o Papá Noel, claro), para «mandar la carta lo antes posible, no sea que a los Reyes no les dé tiempo a hacer los juguetes» :).

El proceso con los niños (al menos con los míos) viene ser algo así. Primero son sometidos a una ingente capacidad de publicidad entre televisión, catálogos y lo que les cuentan los amigos. Y, claro, por pedir que no quede. Pero no se puede tener todo: hay varios condicionantes como el presupuesto (o el número de regalos que puede elegir el niño) o la idoneidad de los mismos. Como en la vida misma.

Limitando el número de regalos

Mi mujer y yo les ponemos un límite al número de cosas que puede pedir cada uno de los peques, concretamente 3. Hablando en serio, entendemos que no deben quedarse con la idea de que uno pide cuantas cosas desee y, mágicamente, se le conceden. Además, no por tener muchos regalos van a ser más felices. Esta regla siempre ha sido así, y la aceptan como tal (aunque seguro que ni la entienden ni la comparten). Sin embargo, y volviendo ya al terreno de la ironía fina, tienen sus mecanismos para, digamos, relajarla un poco.

Dicho de otro modo, a los peques se les plantea la oportunidad de conseguir algunos cosas en estas fechas, y lo ponen por escrito en una carta. Sin embargo, no es fácil que entiendan que no pueden pedir todo lo que deseen, que hay un presupuesto. Que los Reyes Magos sólo buscan la mayor satisfacción posible de los niños, dentro de unos parámetros, al mismo tiempo que aportarles valor ( un juguete educativo, algo de ropa, …). Y, normalmente, hay conflicto de intereses. Como en la vida  misma.

© Elnur - Fotolia.com
© Elnur – Fotolia.com

Esta situación también es típica en el mundo de los negocios. El cliente consigue un presupuesto (que tampoco es de extrañar que sea un remanente al final de año), se le plantea una opción de compra. Y, lógicamente, ¿qué hace entonces? Tratar de estirarlo al máximo. Por su lado, el proveedor tratará de conseguir la máxima satisfacción del cliente y aportarle el máximo valor. Y, lógicamente también, puede surgir el conflicto entre lo que unos y otros creen que pueden y quieren.

Algunas situaciones que se vivirán serán del estilo:

  • Negociación dura de presupuesto:
    • NIÑO/A:
      • El disfraz de Spiderman y el lanzador de telas de araña, ¿cuentan como una cosa o como dos?
    • REYES MAGOS:
      • Máscara, traje y dos guantes ya suman cuatro. Eso por preguntar. Para que veas que los  Reyes son generosos
  • Referencia de terceros:
    • NIÑO/A
      • A Carlitos le traen todo lo que pide.
    • REYES MAGOS:
      • Pues te vas a vivir a casa de Carlitos.
  • Caer en tu propia trampa:
    • NIÑO/A
      • Si son magos, ¿por qué no pueden traerme la muñeca de las Monster High que anuncian en la tele?
    • REYES MAGOS
      • Aquí toca callarse. El concepto agotado hasta en eBay o Los Reyes no son multimillonarios no parecen buenos argumentos para un niño, menos si hay magia de por medio.
  • Fidelización:
    • NIÑO/A
      • Me he portado muy bien todo el año
    • REYES MAGOS
      • Por eso mismo no vas a tener carbón
  • Promesas:
    • NIÑO/A
      • Me portaré muy bien todo el año
    • REYES MAGOS
      • Entonces el año que viene hablamos

En las situaciones anteriores, los Reyes Magos están un poco contestones, ¡todo en tono de broma, claro! En la vida real, tanto Reyes como proveedores, deberán tirar de diplomacia, tacto e imaginación.

La idoneidad de los regalos

Si, como hicimos en una entrada previa del blog, con el famoso vídeo de los clientes y sus presupuestos, nos hemos reído (cariñosamente, claro), de los clientes, aquí podemos hacerlo sin mucho problema también del proveedor.

¿Qué ocurre si tu hijo de 8 años pide un peluche a los Reyes Magos? Si piensas en lo que les va a costar a los Reyes dicho peluche frente, por ejemplo, al precio de una consola, puede que la codicia te ciegue momentáneamente y salgas corriendo a echar la carta en el buzón. De hecho, en el mundo de los negocios, cuando los clientes no conocen realmente el coste  de las cosas, puede que esto suceda con más frecuencia de la que me temo.

Algunos derechos reservados por Jason M Parrish (Flickr)
Algunos derechos reservados por Jason M Parrish (Flickr)

Sin embargo, normalmente, los Reyes Magos (vía los padres) tratará de hacer ver a Pedrito que un peluche ya no es para un niño de 8 años. Que pida la consola (esto dicho  con voz bajita, eso sí 🙂 ), un Scalextric, un libro (frío frío) o, cualquier otra cosa más propia de su edad. Normalmente se convencerá a Pedrito, pero no siempre. Las más de las veces, los niños, como los clientes, saben mejor que nadie qué es lo que desean. Los Reyes Magos pueden tener un criterio distinto y no necesariamente acertado. Puede estar sesgado por intereses propios (ocultos o no). Por poner un caso extremo, al hijo de un amigo mío los Reyes le trajeron un Scalextric … con solo un añito. ¿Para quién era el regalo?

Reyes Magos y proveedores deberían empatizar más con sus clientes, tratar de satisfacer sus deseos reales, independientemente de sus propias opiniones (que no dejan de ser eso, opiniones) e intereses. Eso sí es satisfacción del cliente.

Conclusiones

He intentado tratar con sentido del humor, y de forma paralela, una situación que se vive tanto en la vida personal como en los negocios. Al final es una cuestión de esperanzas y expectativas frente a la capacidad de que se cumplan. Tratando, desde el mismo principio, de conducir la situación para que al final, el día en que se abren los regalos, todo sean alegrías. Y, por qué no, alguna sorpresa grata inesperada. A fin de cuentas, todos hemos sido niños.

Por lo demás, le dedico esta entrada, con todo el cariño del mundo, a mis dos campeones, y especialmente al pequeñín, que hoy cumple 4 años. Espero no poder leerles este artículo hasta dentro de muuuuuuchos años.

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13 comentarios

  1. Hola Ángel,

    lo primero de todo y que no podía faltar: Muchas felicidades para el pequeño!!! Qué majo, seguro que os partís de risa con él.

    Con este tema de los clientes y proveedores, la poca experiencia que tengo me dice que no puedo dejar de darte la razón en cuanto al tema de negociar. Siempre se nos ha dicho que el cliente tiene la razón, pero también cuidado con eso porque hay clientes muy espabilados y proveedores lo mismo. Para estas cosas hay que tener mucho arte en el saber tratar con unos y con otros.

    Que tengáis buen día de cumple 🙂 🙂 🙂

    1. Gracias Carolina!

      Te advierto que en los cursos de negociación dicen que las negociaciones más difíciles son con los niños, así que todos los padres y madres tenemos un máster hecho en esto.

      Ahora que ya ha pasado un tiempo, igual me animo y os cuento una anécdota muy buena sobre niños, negociación y Pokemon. Os vais a reír conmigo y de mí (ambas cosas) un buen rato.

      Si me animo …

      Gracias por comentar!
      Ángel

  2. Ya sabes que no me pierdo ninguno de tus artículos, pero este se sale de la lista !!

    Como eres un rey mago increible, te paso mi pregunta: si me piden un cohete para ir a la luna? El primer año (con 2 años el niño), se conformó con uno de juguete, el segundo año (llegó la equipación de astronauta), pero el tercero…

    Abrazos y felicidades !!

    1. Gracias Pablo! El placer de leernos y disfrutar con tus artículos en El Laboratorio TI es mutuo.

      Si te sirve de consuelo, mi hijo, con 3 años, vio un episodio de La Pantera Rosa en el que encontraba una varita mágica de una bruja y conseguía cuantos deseos quería. Tan pesado se puso con la varita que le compramos una en una tienda de juguetes. Ahora no recuerdo bien la historia exacta, pero empezó a pedir cosas que pudimos resolver con imaginación (y aprovechando su tierna edad).Por ejemplo, pidió un coche nuevo para la familia. Convencimos a mis cuñados para que nos regalaran el suyo durante 5 minutos, en los que él estuvo sentado al volante (¡aparcado!) Nos libramos de un segundo deseo por los pelos, así que le limitamos la cosa a 3 (en el tercero también tuvimos una suerte e imaginación tremendas).

      Siento no poder ayudarte con lo de la Luna, pero si le sirve Marte igual sí 🙂 Te contesto en privado (no es 100% seguro!!!)

      Saludos,
      Ángel

  3. No dejas de sorprenderme. Desde esta visión muchas relaciones son como la que mantenemos con los reyes magos….. Tanto horizontal como verticalmente en nuestras empresas….. Se me esta poniendo una sonrisa muy maliciosa por lo que será mejor irse a dormir…… Por sí viene el rey mago dela cuna de al lado llorando.

    1. 🙂

      Si tienes un Rey Mago en una cuna, las navidades prometen ser especiales 😉 ¡Enhorabuena!

      Estoy convencido de que la mayoría de los problemas y situaciones que abordamos en el trabajo son un fiel reflejo de situaciones personales y/o familiares. En este caso, la gestión de las expectativas y frustraciones. Me gusta establecer estos paralelismos, y más de un artículo del blog ha salido a raíz de esto.

      Gracias por comentar!

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