5 lecciones de management que aprendí visitando una bodega

Viene bien, de vez en cuando, recibir un baño de humildad profesional para rebajar ese chauvinismo que tenemos en muchas profesiones, como en la ingeniería del software, según el cual lo que hacemos nosotros es lo más difícil e importante del mundo. Paradójicamente, gestionamos nuestros proyectos bebiendo de la experiencia de miles de años del hombre construyendo casas, puentes y, quizá sin saberlo,  produciendo vino.

Siguiendo mis propios consejos, las pasadas vacaciones de Semana Santa me dediqué a viajar y a disfrutar de la familia y, como parte del plan, visitamos unas bodegas en Cariñena. La visita  fue muy interesante, y aunque me la tomé con interés puramente personal, no me resultó difícil sacar unas cuantas lecciones aprendidas en lo que atañe a este blog. Más de 9 mil años cultivando vides da para aprender y desaprender, y volver a aprender y seguir así sucesivamente.

No contaré aquí todo el proceso de elaboración del vino. No soy un experto, ni creo que merezca la pena que te maree con teoría copiada de otros sitios. Dejo aquí algunas de las reflexiones que me vinieron a la mente.

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Sin buena uva, no hay buen vino. Sin buenos profesionales, no se alcanza la excelencia.

A pesar de todas las técnicas utilizadas, de los procesos y de la tecnología puesta al servicio de la bodega, sin una buena uva no hay un buen vino. Todo está encaminado a mimar la uva:

  • Crear las condiciones en el terreno y el ambiente para que crezca la mejor uva posible
  • Mimar las cepas, especialmente las más veteranas
  • No todas las uvas valen para un  buen vino
  • Mimar la uva en todo el proceso, manteniendo las condiciones idóneas de almacenamiento (¡que no se aplaste!) y temperatura constante en la recogida, transporte, manipulación, prensado, …

Todo esto es fácil llevarlo a cualquier profesión. Sin los mejores profesionales no pueden conseguir la excelencia, la diferenciación. Pero no basta con eso. Igual que con la uva, sin una buena gestión de los mismos los echarás a perder, los infrautilizarás. Tienes que crear las condiciones ideales para que se desarrollen y crezcan profesionalmente, cuidando tanto los medios para que ejerzan su trabajo como los factores motivacionales. Tienes, en definitiva, que sacar lo mejor de ellos. Y esta es la clave de todo.

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Cada detalle, cada paso, por pequeño que sea, cuenta en el resultado final.

Un vino de calidad se hace a base de cuidar todos los elementos que intervienen en el proceso: uva, temperatura, barricas, botella, corcho, … Como comentaba más arriba, cada paso está cuidadosamente pensado para obtener el mejor resultado. Cada paso es importante. Cada paso, cuenta.

Que puedas calcular tu posición con el GPS con unos pocos metros de error depende de poder calcular la posición de una treintena de satélites, situados a 30 mil kilómetros de altura, con una precisión de unos pocos centímetros; y estimar el tiempo de sus relojes con unos pocos nanosegundos de error. Los coches de Fórmula 1 cuidan hasta el más mínimo detalle en la construcción del vehículo y las operaciones en boxes para arañar centésimas al reloj.

Cada detalle cuenta. Cada paso del proceso contribuye a la mejora de aquello que se pretende producir, bien sus calidades o en mejoras operacionales (eficiencia y productividad).

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Observa y aprende de los demás, pero busca tu propia seña identificativa

La bodega que visitamos era relativamente joven. Para su creación, según nos contaron, visitaron innumerables bodegas para aprender cuáles eran los mejores procesos y técnicas que se estaban usando en otras bodegas. Aprender de la competencia, para luego adaptarlo a las condiciones propias de cada uno y, sobre todo, buscar factores de diferenciación: atar cabos y llegar a soluciones creativas a problemas conocidos, en busca, como digo, de la excelencia.

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La tecnología, al servicio de todos los sectores. Incluso de los más tradicionales.

Hoy en día se dispone de máquinas en las que, desde un punto de monitorización, se pueden vigilar y regular las condiciones de temperatura, así como otras muchas que terminan influyendo en la calidad del vino. Las imágenes por satélite y el despliegue de grandes redes de sensores permite una perfecta monitorización de las condiciones en el viñedo, anticipando acciones y facilitando la toma de decisiones en el día a día. La gestión de recursos mediante ERPs también goza de bastante popularidad.

No visité unas bodegas clásicas. El despliegue tecnológico era impresionante, hasta el punto de que, al entrar en las instalaciones, uno no sabría si allí se está produciendo vino o cualquier otra cosa (salvo por la sala de las barricas, claro). La tecnología al servicio del vino. Todo pensado de tal manera que bastan 3 personas para trabajar y gestionar la bodega (salvo en la vendimia, claro).

Los sectores tradicionales pueden y deben modernizarse incorporando la tecnología más moderna, respetando, por supuesto, su quintaesencia.

Fotografía por Nicolás Ibleta en Flickr (https://flic.kr/p/6ygMT2). Algunos derechos reservados
Fotografía por Nicolás Ibleta en Flickr (https://flic.kr/p/6ygMT2). Algunos derechos reservados

 Todo requiere su tiempo.

Queremos resultados inmediatos, pero no siempre es posible. La elaboración de un buen vino lleva años de reposo. Todos los esfuerzos, cuidados, inversiones que se están haciendo ahora rendirán, previsiblemente, sus frutos a varios años vista. Es una apuesta no exenta de riesgo, pero está en la esencia del negocio.

Conclusiones

Podríamos hablar mucho más sobre el sector del vino (por ejemplo, el aprovechamiento de las propias bodegas con fines turísticos).

De todas las lecciones anteriores, me quedo con el cuidado de la uva. Si no cuidas lo más importante, tu materia prima, no hay nada que hacer (salvo ser uno más del montón). Y, en muchos sectores, la materia prima es la materia gris. Las personas.

¿Algo que añadir? ¡Gracias por comentar!

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19 comentarios

    1. Tengo por costumbre contestar todos los comentarios a este blog, y con este no haré una excepción.

      Es imposible que los artículos gusten a todo el mundo. Tampoco es obligatorio leerme (que se sepa), así que siente libre de no volver a visitar el blog. Me extrañaría que lo leyeses de manera regular, porque mis lectores comparten, en su inmensa mayoría, mi ideal de construir, y no destruir.

      Cualquier crítica es bienvenida, siempre que se haga desde el respeto y la sinceridad.

  1. Buenos días Ángel.
    Creo que de las bodegas y como manejar un negocio se puede aprender y mucho.
    Como indicas muchos se embarcaron en diversificar su negocio, hacia el turismo, pero como en todo hay que saber lo que se tiene que ofrecer y como ofrecerlo. No porque mi vecino ponga un restaurante a mi me va a funcionar. Por no hablar que la gestión de los negocios, aunque en esencia sea muy similar, tiene particularidades que hay que conocer o aprender. Y cuando no sopla viento a favor, no lo han soportado y tan sólo los buenos permanecen.
    Y no quiero decir con esto que este en contra de la diversificación de los negocios, nada más lejos de la realidad.
    Pero hay profesionales que nunca olvidaron lo que saben hacer, y siguen el saber popular ” zapatero a tus zapatos” por lo que son conscientes que han de mejorar e innovar en lo que son realmente buenos.
    No soy experto ni lo pretendo, es una opinión personal y muy discutible, Cariñena se caracterizaba por ser productores de baja calidad y dejadme denominarlo “marca blanca” para otros… pero un grupo de productores se centraron en lo importante, que como bien dices, debe ser cuidar la materia prima, aplicaron la tecnología disponible a su negocio con el objetivo ser competitivos y producir un producto de alta calidad y percepción para sus clientes. Y anexo al corazón de su negocio crearon otros, como restaurantes ,pero totalmente alineados con su negocio principal y como elemento para potenciar el primero, por supuesto rentable.

    Conclusión:
    Cuida tu materia prima.
    Involucra en el negocio a tu equipo.
    En sectores tradicionales se puede innovar o más bien se debe innovar.
    Ten un plan a medio largo plazo de tal manera que no te dejes guiar por resultados a corto plazo.

    Gracias. Espero tu siguiente post.
    Un saludo.
    Alejandro.

    1. Muchas gracias Alejandro.

      No lo sé, pero da la sensación de que conoces el sector vinícola 🙂

      Creo que uno de los principales males (o quizá no sea un mal) del sector es la excesiva fragmentación: muchas bodegas y muy pequeñas. Y en ese contexto la variedad de cosas que uno se puede encontrar es enorme: diversificación, innovación y, por supuesto, tradición.

      Cariñena se ha asociado tradicionalmente como «de segunda división» frente a otras D.O., pero (sin ser un experto) reconozco que la visita a estas bodegas (PRINUR) me sorprendió muy gratamente por su calidad y por el cuidado y esmero en la elaboración (lo he visto en otras bodegas) mezclado con la más moderna tecnología.

      Muy buen matiz el que añades. En sectores tradicionales no es que se pueda (como digo en el post) innovar, sino que se DEBE innovar. He citado en varios artículos ejemplos como el de las panaderías. Renovarse o …

      ¡Gracias por comentar!

  2. Cuidar y mimar lo que tienes entre manos, sea lo que sea, es uno de los ingredientes para conseguir un buen producto. ¡Cuánta razón tienes! No hace falta tener un gran negocio para poner en práctica lo que dices 😉

  3. Ángel, muy bien eso se seguir tus propios consejos, macho, yo lo intento pero es que no aprendo ni a la de tres, bueno en caso de elegir buenos vinos sí que los sigo.

    Buen artículo, pero comparar a las uvas con las personas, joder, es un poco fuerte, que debamos ser cuidados y cultivados, que crezcamos, incluso con mimo, para dar lo mejor de nosotros mismos para luego ser pisados, procesados y convertidos en el lujo de otros….Es broma.

    Ya sabemos que llevamos 10.000 años de vino y de agricultura y que hemos aprendido mucho en este aspecto y que lo disfrutamos casi todos. Pero me temo que no hemos aprendido igualmente en el trato y el respeto a los derechos de las personas, quizá nos queden para eso otros 10.000 años de lecciones aprendidas.

    Saludos cordiales.

    1. 😀 😀

      ¡Muy bueno el giro sobre uvas y personas! La verdad es que siempre que planteo un símil temo que alguien lo coja por donde no debe, pero el tuyo es buenísimo, con sentido del humor ácido donde los haya.

      Totalmente de acuerdo con tu última afirmación. Históricamente se ha puesto a las personas al servicio de los intereses del poder, o de alguna gran empresa. Como ya he comentado en otras ocasiones, es muy complicado que el humanismo prevalezca. Pero si conseguimos educar a dirigentes y gestores en esta cultura, y aumentamos la proporción de los que ponen a las personas en el centro, habremos avanzado mucho.

      ¡Muchas gracias por comentar y por tan fino sentido del humor!
      8)

      1. Ángel, buenos días y por favor, gracias a ti por publicar tus artículos y por transmitir conocimiento y experiencia desde tu pecera.

        Me pasa lo mismo, siempre hay que guardar las formas y no sabe uno si ciertos comentarios pueden molestar o ser mal interpretados. Me alegro que haya encajado y que te haya gustado el giro, está claro que hay que tomarse ciertas cosas con cierto sentido del humor, si no….

        Por otra parte me gusta siempre ir un poco contra corriente, ya sabes para que no me arrastre. También procuro buscar puntos de vista diferentes y otros sentidos de giro a los establecidos, como el protagonista en la película del expreso de medianoche, buscando otro camino cuando parece que sólo existe uno y tú buen artículo lo permite.

        Totalmente de acuerdo en que las personas, los valores, la experiencia, la educación, el conocimiento y el cambio responsable, son más necesarios que nunca para una sociedad más eficiente, justa, sostenible y mejor. Como el vino, mejorando pero sin perder su esencia.

        Del poder y de sus mentiras mundiales, de sus siervos, lacayos y secuaces, sean del color que sean, inmorales de forma permanente e históricamente con la humanidad, ni hablo, no se lo merecen, pero como bien dices, seguimos avanzando para poner a las personas en el centro y si es posible con una copa de buen vino, de vez en cuando, casi en el cielo.

        Saludos cordiales.

        1. Aunque no nos conocemos personalmente, sí tenemos trato el suficiente trato virtual como para saber que comentarios como el anterior están hechos desde la crítica más ácida, la ironía fina y el sentido del humor. Y siempre son bienvenidos por el pez de ojos saltones 8)

          Un abrazo,
          Ángel

  4. Hola Angel,

    Curioso paralelismo pero muy elaborado, solo hay que tener los ojos y la mente abiertos para ver esos detalles. Claro que lo que has aprendido y nos has transmitido es muy útil y hasta obvio, pero yo me pregunto, ¿de verdad has aprendido esto que nos has comentado o ha sido al revés? Me explico, creo que tienes un amplísimo conocimiento del management y creo que te sale de una forma natural ver los puntos importantes de un proyecto en todo donde pones el ojo. A lo mejor lo que dices haber aprendido ya lo llevaban incorporado de antes. Sea como fuere, muy buen post, sencillo, gráfico y muy ameno.
    Un abrazo!!!

    1. ¡Gracias Juanan!

      Realmente no lo he aprendido 🙂 Con 15 años a mis espaldas gestionando proyectos, programas y equipos … todavía hay mucho por aprender, pero no todo 🙂 Toma el título como un recurso para llamar la atención. Y para no parecer pedante. ¿Te imaginas «5 cosas que ya sabía sobre management cuando visité una bodega, pero que os las cuento porque fijo que vosotros no tenéis ni idea» 😀 ?

      Ahora en serio, gran parte de las cosas que se hacen en la gestión surgen de la lógica más aplastante. El artesano mima su materia prima, y eso lo ha hecho el hombre durante milenios. Lo que pasa es que algunos sostienen que no hace falta mimarla, que a las personas hay que tratarlas manu militari, y que vale más un buen grito o amenaza de despido que una buena gestión.

      Los estilos de dirección han ido cambiando con el tiempo, aunque ahora la tendencia es centrarlo en las personas. También es cierto que no es fácil de conseguir, porque se requieren ciertas habilidades que no todo el mundo tiene. Y que la crisis ha destapado a mucho «Manolillo con su carguillo».

      Sea como fuere, la gestión es mucho sentido común y disciplina. Y experiencia, propia y ajena.

      ¡Gracias por comentar!
      8)

      1. Jajajajaja, me ha encantado el título alternativo….. aunque realmente no quería darle ese enfoque de pedanteria. Me refería más bien a que sabes mirar, comparar y argumentar. Se nota que tienes los conceptos claros y encuentras las referencias de forma correcta y ordenada. Es como el que sabe ver arte…
        Un abrazo y un placer pasarme por tu pecera!

        1. Eres bloguero (¡y muy bueno!) y sabes perfectamente que, casi sin quererlo, muchas cosas que vemos o leemos automáticamente disparan algún mecanismo que nos hacen concebir una idea de post. Y éste fue el caso.

          Además, como digo, los fundamentos de la gestión no difieren tanto de unos sectores a otros. Mientras escribo este comentario están echando Master Chef en televisión, y nuevamente hay cosas que me son demasiado familiares (¡hasta el león come gamba!)

          8)

  5. Hola Ángel,
    en todo lo que comentas te doy la razón, porque lo más importante son las personas y se mira por ellas menos de lo que se debería.
    Pero yo muchas veces me hago la siguiente reflexión: Por mucho que se cuide a las personas, ocho horas o más trabajando a buen ritmo, pueden quemar a cualquiera…
    ¿Qué piensas?
    Abrazos 🙂

    1. ¡Gracias Carolina!

      Sin duda un tema sensible e interesante…

      Personalmente, 8 horas me parece mucho tiempo, independientemente del tipo de trabajo. Lo importante no son las horas que uno pasa en su puesto de trabajo, sino las horas que son realmente efectivas (la dichosa productividad) porque, como dices, te quemas: es imposible mantener el ritmo y la concentración durante tanto tiempo. Pero eso, en cualquier caso, depende mucho de cada profesión.

      En profesiones como la consultoría, algunos expertos sostienen que solo un 70% del trabajo es efectivo (algunos hablan del 80%). El 20 – 30% restante se invierte en imprevistos (se atasca la impresora, problemas con el ordenador, …), ayuda a otros compañeros, reuniones varias (no relacionadas con el proyecto) y un largo etcétera. Y de ese «sobrante», creo haber leído que alrededor de un 5% es porque somos humanos, no máquinas. Más o menos media hora al día. Todo es discutible u opinable, pero no me descuadra demasiado.

      En cualquier caso, y al margen de consideraciones económicas (no soy un experto), un trabajo de 8 horas al que tienes que añadir (en las grandes ciudades) entre 1 y 2 horas al día para desplazarte, es difícilmente compatible con la conciliación familiar.

      Personalmente he pasado de invertir una hora y media en desplazamientos al día, a escasos 20 minutos. Si lo ves en una semana, pasaba 7,5 horas en el coche: una jornada de trabajo.

      Ahí dejo la reflexión.

      ¡Gracias por comentar!
      8)

  6. Muy buen post, sencillo y útil
    Está claro que de de todos se aprende si observamos y nos damos cuenta. Hay tanto que modelar
    Comparto la moraleja de que lo más importante son las personas

    1. ¡Gracias Juan Antonio!

      Efectivamente, si observamos a nuestro alrededor, y en nuestros propios comportamientos, siempre tenemos un montón de cosas que aprender y para mejorar.

      Es una actitud, que no quita que se disfruten visitas como la de las bodegas. Pero siempre tratando de aprender.

      ¡Gracias por comentar!
      8)

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